Mi afecto hacia los estudios de género, los estudios queer y la relación con los objetos dan cuenta de una serie de inquietudes y búsquedas sobre las construcciones corporales de los individuos en un entorno social y cultural.

 

La intención de explorar los objetos como elementos formales y estéticos de mi trabajo surge de varias reflexiones en torno a las relaciones entre los artefactos y las construcciones sociales de género. En primer lugar, los objetos −utilitarios o no− son creados por los seres humanos y están fuertemente ligados con lo corporal. En segundo lugar, el mismo individuo ha delimitado y categorizado los objetos y su uso a partir del cuerpo biológico y la mirada “natural”, siendo la división concreta entre hombre y mujer (pene-vagina). 

 

Este pensamiento binario está presente en estas clasificaciones del cuerpo y la corporalidad desde lo biológico hasta lo simbólico, y puede generar relaciones socialmente consideradas como absolutas que promueven la exclusión de lo diferente. Sin embargo, la resignificación de esas ideas y asociaciones pueden permitir la inclusión de nuevas narrativas para compartir otros acercamientos con lo objetual y la representación del cuerpo.

 

En mis proyectos, el cuerpo se propone como una extensión y una serie de metáforas en torno a aquellos elementos cotidianos, categorizados como femeninos o masculinos, que contribuyen a la construcción de la corporalidad absoluta. Teniendo en cuenta esta premisa, estoy interesado en revertir esos espacios de "naturalidad", sacarlos del marco hegemónico, en los que la idea de cuerpo a través del uso de alegorías visuales por medio de lo objetual, escapa de la categorización basada en lo biológico para entablar un diálogo entre la obra y el espectador que va más allá de lo normativo, y apunta a repensar el simbolismo “natural” de lo femenino y masculino, de lo heterosexual y homosexual o, incluso, de lo “normal” y “anormal”.